21 de septiembre de 2012

21 de Septiembre 2012. Día mundial del Alzheimer


El 21 de Septiembre se celebra el Día Mundial del Alzheimer (World Alzheimer's Day), fecha elegida por la Organización Mundial de la Salud y la Federación Internacional de Alzheimer.

El propósito de esta conmemoración es dar a conocer la enfermedad y difundir información al respecto, solicitando el apoyo y la solidaridad de la población en general, de instituciones y de organismos oficiales.

En el año 1906 Alois Alzheimer describió por primera vez la enfermedad que más tarde llevaría su nombre. Más de cien años después todavía se está luchando contra el estigma asociado a la demencia y se siguen organizando campañas para conseguir mejores servicios y tratamientos para las personas con la enfermedad de Alzheimer así como para sus cuidadores.
Prevención, concienciación, sensibilización, es lo que se pretende en este video con la
campaña de testimonios que este "último" vídeo de Afa Las Rozas y la Federación Madrileña de Asociaciones de Familiaresde enfermos de Alzheimer nos presenta. Una campaña de concienciación, de testimonios y sensiblización magníficamente planificada y con testimonios muy valisosos entre los que se encuentran los familiares, Ángeles, Félix, Inma, María, Fisioterapeuta, Tania, la Psicóloga y la Presidenta de Afa Las Rozas, Rosa Brescané.

20 de septiembre de 2012

El elefante encantado. No puedo, nunca podré...


No puedo-le dije- no puedo!
-Estas seguro- me preguntó
-Si, nada me gustaría mas, pero se que no puedo
Se sonrió, me miró a los ojos y bajando la voz (cosa que hacia siempre que quería ser escuchado atentamente), me dijo:
-Me permitís que te cuente algo

Y mi silencio fue suficiente respuesta.
Juan empezó a contar:
Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que mas me gustaba de los circos eran los animales. También a mi como a otros (después me entere), me llamaba la atención el elefante. Durante la función, la enorme bestia hacia despliegue de peso, tamaño y fuerza descomunal...pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver a la pista, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo .
Sin embargo, la estaca era solo un minúsculo pedazo de madera clavado en el suelo, apenas enterrado unos centímetros en la tierra, y aunque la cadena era gruesa y poderosa, me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría, con facilidad arrancar la estaca u huir. El misterio es evidente:
- Que lo mantiene entonces?
- Por que no huye?
Cuando tenía cinco o seis anos, yo todavía confiaba en la sabiduría de los grandes. Pregunte entonces a algún maestro, a algún padre o a algún tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado.
Hice entonces la pregunta obvia:
-Si esta amaestrado, Por que lo encadenan?
No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente.
Con el tiempo me olvide del misterio del elefante y la estaca....y solo lo recordaba cuando me encontraba con alguno que también se había hecho la misma pregunta.
Hace algunos anos descubrí que por suerte para mi, alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta.
El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca muy parecida desde que era muy, muy pequeño.
Cerré los ojos y me imagine al pequeño recién nacido sujeto a la estaca.
Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujo y tiro, sudaba tratando de soltarse, y a pesar de todo su esfuerzo , no pudo.
La estaca era ciertamente muy fuerte para el. Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvió a intentarlo, y también al otro y al que seguía...
Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal acepto su impotencia y se resigno a su destino.
Este elefante enorme y poderoso que vemos en el circo, no escapa porque cree (pobre) que -NO PUEDE-.
El tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer.
Y lo peor es que jamás se ha puesto a cuestionar seriamente ese registro.
jamás..jamás...intento poner a prueba su fuerza otra vez...


-Y así es, todos somos un poco, como ese elefante del circo , vamos por la vida atados a cientos de estacas que nos restan libertad.
Vivimos creyendo que un montón de cosas -NO PODEMOS- simplemente porque alguna vez , en el pasado alguna vez, probamos y no pudimos. Hicimos entonces lo del elefante , grabamos en nuestro recuerdo :
NO PUEDO...NO PUEDO Y NUNCA PODRÉ...
Hemos crecido portando este mensaje que nos impusimos a nosotros mismos y nunca mas lo volvimos a intentar, cuando mucho de vez en cuando sentimos los grilletes, hacemos sonar las cadenas o miramos de reojo la estaca y confirmamos el estigma........No Puedo y Nunca Podré.....

-Tu única manera de saberlo es intentar de nuevo poniendo en el intento todo tu corazón... TODO TU CORAZÓN....

9 de septiembre de 2012

El cuenco de madera


Ante las personas mayores, a veces actuamos, como si fueran "estorbos" para nosotros. Nos llega a molestar cualquier acción que realicen. Incluso nos atrevemos a reprenderle cuando nos son capaces de mantener el mínimo que les exigimos cuando, por la propia evolución de la naturaleza humana, sus capacidades se van viendo mermadas. Esta historia nos pone en relación, lo que a todos nos puede pasar y devolvernos, con el paso del tiempo, aquello que hayamos realizado. A ver cómo te ves ante esta pequeña historia.

"Un hombre anciano vivía con su hijo, su nuera y su nieto de 4 años. Las manos del anciano temblaban, su vista estaba nublada y su paso era inseguro. La familia solía sentarse unida a la mesa, pero las manos temblorosas y la mala vista del anciano hacían difícil la comida. Los guisantes se caían de la cuchara al suelo. Cuando agarraba el vaso, la leche se derramaba en el mantel.

Esto era irritante para su nuera y su hijo, que dijo "Tenemos que hacer algo con mi padre. Ya estoy cansado de esa leche derramada, de su ruido al comer y de la comida en el suelo". Así pues, colocaron una pequeña mesa en un rincón. Allí pusieron a comer al anciano sólo mientras el resto de la familia disfrutaba las cenas. Como el viejo había roto ya un par de platos, le servían la comida en un cuenco de madera.

A veces podía verse una lágrima en el ojo del anciano mientras comía sólo. Aún así, las únicas palabras que la pareja tenía para él eran de reprensión cuando se le caía el tenedor o la comida. El niño de 4 años observaba todo en silencio.

Un día antes de la cena, el padre notó que su hijo estaba tratando de tallar algo con un trozo de madera. "¿Qué haces hijo?" le preguntó al chiquillo. El niño respondió sonriendo: "Oh, sólo estoy haciendo un pequeño cuenco para mamá y para tí, así podréis comer cuando yo crezca".

Aquella noche, el marido tomó al abuelo y lo volvió a sentar con amabilidad a la mesa con el resto de la familia, donde siguió comiendo cada día."

Por David Lagerfeld