Lo que digamos puede tener el poder de sanar o herir. Lo que cada uno de nosotros pueda decir al otro tiene el poder de hacer que quien nos escucha pueda tomar en consideración aspectos que gracias a la palabra, juntos a nuestro carácter y temperamento marquen lo que después pueda suceder; Palabras para influir, motivar, despertar emociones…, para marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso de una campaña publicitaria, un eslogan político.. Os cuento esta anécdota y os dejo una presentación que no tiene desperdicio. Que os sea de utilidad, y como decía Goethe:
Por lo menos una vez por día
habría que escuchar una canción,
leer un poema,
mirar una obra de arte y,
pronunciar alguna palabra sensata
Johann W. Von Goethe
Una sabia y conocida anécdota árabe dice que en una ocasión, un Sultán soñó que había perdido todos los dientes. Después de despertar, mandó llamar a un Adivino para que interpretase su sueño.
- Qué desgracia Mi Señor! - exclamó el Adivino - Cada diente caído representa la pérdida de un pariente de Vuestra Majestad.
- Qué insolencia! - gritó el Sultán enfurecido
- Cómo te atreves a decirme semejante cosa? Fuera de aquí!!!
Llamó a su guardia y ordenó que le dieran cien latigazos.
Más tarde ordenó que le trajesen a otro Adivino y le contó lo que había soñado.
Éste, después de escuchar al Sultán con atención, le dijo:
Excelso Señor! Gran felicidad os ha sido reservada. El sueño significa que sobreviviréis a todos vuestros parientes.
Iluminose el semblante del Sultán con una gran sonrisa y ordenó le dieran cien monedas de oro.
Cuando éste salía del palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado:
-No es posible!, la interpretación que habéis hecho de los sueños es la misma que el primer Adivino. No entiendo por qué al primero le pagó con cien latigazos y a ti con cien monedas de oro.
Recuerda bien amigo mío - respondió el segundo Adivino - que todo depende de la forma en el decir....
El poder de_las_palabras (1)
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